Los días han pasado, has acostumbrado a tu cuerpo a una serie de hábitos muy diferentes a los que tenía en su rutina pasada. Dormir tarde, levantarse más tarde, desayunar cualquier antojo y hacer o no ejercicio. La dinámica de tus días ha cambiado drásticamente y desafortunada o afortunadamente es hora de regresar a la “normalidad”. Este momento es para muchas personas un hecho deprimente que los sumerge en un estado de tristeza y desánimo. La depresión post-vacacional afecta a gran parte de la población y es una condición completamente normal. No hay motivo de preocupación ya que un poco de paciencia será suficiente para salir de esta situación.
Prepara tu regreso triunfal al trabajo o escuela con anticipación. Esto será clave para adaptarte poco a poco a los cambios de alimentación, rutina y horas de sueño.
No exageres la situación, es normal sentir que no quieres que sea lunes pero hacer del hecho un desastre no traerá buenos resultados, el día va a llegar así que mejor afronta las cosas de manera positiva.
Genera nuevos objetivos e ilusiónate con estos. Tener una meta, un rumbo nos hace sentir motivados, trabaja por el aumento de sueldo, por la ampliación de tu negocio, estudia la maestría, ahorra para visitar un destino turístico las próximas vacaciones.
Organiza tu horario de tal forma que tengas un tiempo dedicado para ti, y en ese tiempo haz lo que más te gusta.
Hacer ejercicio es una excelente forma de descargar el estrés generado por las labores diarias, así como un excelente propulsor de endorfinas y felicidad.
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